Vitaminas y minerales
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Los suplementos alimenticios, si se utilizan con prudencia y con el asesoramiento de un médico o farmacéutico, pueden suplir las carencias nutricionales causadas por la falta de aportes de la dieta, por una determinada patología o como consecuencia de un acontecimiento vital determinado. Aunque nada sustituye a una dieta sana y equilibrada, estos concentrados de nutrientes y otras sustancias pueden complementarla siempre que se considere necesario.
Acerca de los suplementos alimenticios de vitaminas y minerales
Los suplementos alimenticios a base de vitaminas (o multivitaminas) y minerales, que se comercializan en forma de cápsulas, comprimidos, sobre de polvos, ampollas, pastillas o aceite, se consideran los clásicos entre los suplementos nutricionales. Como su nombre indica, estos productos se formulan para suplir una posible carencia de vitaminas y minerales en nuestro organismo. Estas carencias pueden darse como consecuencia de que los alimentos actuales suelen estar desnaturalizados y carecen de nutrientes.
Se ha sugerido que, en la actualidad, sería necesario comer varias manzanas para obtener la misma cantidad de vitamina C que en los años 50. A esto se pueden añadir periodos de la vida o condiciones que se asocian con una mayor necesidad de nutrientes. Este tipo de suplemento alimenticio suele contener los siguientes nutrientes, que se extraen de diversas especies vegetales o sustancias químicas enumeradas en el decreto francés de 9 de mayo de 2006 sobre los nutrientes que pueden utilizarse en la fabricación de suplementos alimenticios.
Vitaminas
Las vitaminas son, sin duda, esenciales para el buen funcionamiento de nuestro organismo. Sin embargo, a excepción de la vitamina D, el organismo no puede producirlas de forma natural. Por tanto, deben obtenerse a partir de la dieta, ya que, de lo contrario, sufrirá carencias vitamínicas. Asimismo, como la dieta tradicional a veces es insuficiente, los suplementos alimenticios son esenciales. Por norma general, contienen todas las vitaminas esenciales, cuyo contenido varía en función de la finalidad del producto; es decir, vitamina A, las vitaminas del grupo B (B1, B2, B3, B5, B6, B9 y B12), vitamina C, vitamina D, vitamina E, etc. También puede encontrarlas como multivitaminas en cápsulas o comprimidos.
Minerales y oligoelementos
En cuanto a los minerales, el magnesio y el selenio son imprescindibles en los suplementos nutricionales a base de minerales. El primero se conoce por su capacidad para aumentar la energía e influir en el estado de ánimo, mientras que el segundo se conoce por sus propiedades antioxidantes. Otras moléculas que pueden reforzar la composición son el calcio, el cobre, el hierro, el caroteno y el cromo. Cada uno de ellos contribuye a la fortaleza de los huesos, la salud de la piel, el bienestar de los músculos y las articulaciones. Algunos suplementos alimenticios también pueden contener zinc o flúor.
¿Cuáles son las mejores vitaminas para la fatiga?
La disminución de la energía, el estrés y la ansiedad, la dificultad para encontrar la motivación para emprender las tareas diarias... todos estos puntos muestran cómo la fatiga es un obstáculo innegable para el bienestar de todos.
Afortunadamente, algunas vitaminas pueden ayudar a restaurar nuestra vitalidad y dar a nuestro cuerpo un impulso para que pueda seguir respondiendo durante episodios de fatiga, especialmente en invierno, una temporada en la que nuestra necesidad de vitaminas aumenta para reforzar nuestras defensas naturales. En cuanto a los minerales, según los especialistas en materia de salud, el magnesio aumenta la energía.
La vitamina C
La vitamina C es sin duda la vitamina contra el cansancio por excelencia, ya que contribuye a un metabolismo energético normal y a la reducción del agotamiento y, por tanto, de la fatiga. También es un inmunoestimulante, por lo que puede promover la síntesis de linfocitos B y T. La vitamina C aumenta la absorción del hierro y protege las células frente al estrés oxidativo. Se encuentra en abundancia en los cítricos, especialmente en los limones y las naranjas, así como en otras frutas como el kiwi, el mango, la piña, la fresa, el lichi, la guayaba, la grosella negra, etc.
Las vitaminas del grupo B
Estas también pueden ayudar a combatir la fatiga. Las vitaminas B1 (presente en cereales, legumbres, semillas oleaginosas, etc.), B2 (aguacate, huevos, verduras, productos integrales, etc.) y B5 (pescado, carne, productos lácteos, huevos, etc.), en particular, facilitan la absorción de algunos nutrientes esenciales por el organismo y garantizan que el cuerpo pueda transformarlos en energía.
Además, la vitamina B1, en forma de cápsulas o comprimidos, elimina una de las fuentes de fatiga mental, que no es otra que el estrés, la vitamina B2 proporciona un verdadero impulso al organismo y la vitamina B5 optimiza el rendimiento intelectual. Las vitaminas B6 (pescados grasos, verduras, legumbres, plátanos, ciruelas pasas, etc.) y B12 (carne, harina de pescado, pescados grasos, moluscos, mariscos, etc.) actúan en sinergia con la vitamina C contribuyendo a un metabolismo energético normal.
La vitamina D
Esta aporta energía y vitalidad, si bien su cantidad es insuficiente cuando falta el sol, lo que explica el cansancio más acusado en invierno. Esta vitamina liposoluble también combate la debilidad muscular y la depresión. Hay que tener en cuenta que solo se encuentra en alimentos grasos como el aceite de hígado de bacalao, la margarina, los cacahuetes, el tocino cocido, las sardinas en lata, el salmón al vapor, los productos ecológicos, etc. Se puede encontrar en comprimidos y cápsulas.
¿Qué minerales debe elegir para su sistema inmunitario?
Para reforzar el sistema inmunitario, no hay que olvidar el hierro. Además de ser esencial para el transporte y almacenamiento de oxígeno, este componente de la hemoglobina de los glóbulos rojos aumenta el número de macrófagos activos y, por tanto, de anticuerpos, en el organismo.
Se encuentra en cantidades considerables en las ensaladas (rúcula, canónigos, etc.), así como en el hinojo, las legumbres, las bayas de goji, las semillas oleaginosas, etc.
El cobre también contribuye al buen funcionamiento del sistema inmunitario, ya que interviene en gran medida en la respuesta celular. Está presente en el marisco, las legumbres, los frutos secos, los cereales integrales, el cacao, etc.
Para reforzar el sistema inmunitario, también es aconsejable tomar suplementos alimenticios ecológicos que contengan magnesio, selenio y zinc. El primero promueve la producción de anticuerpos, al igual que el hierro, mientras que el segundo regula la respuesta inmunitaria. Las principales fuentes de selenio son la carne, el pescado, los frutos secos y las legumbres.
El zinc se encuentra en los productos lácteos, los huevos, la carne, las semillas oleaginosas, los frutos secos, etc.
Los suplementos alimenticios a base de vitaminas y minerales no son medicamentos y, por tanto, no se necesita receta para comprarlos. Sin embargo, se recomienda consultar a un médico o farmacéutico. Los encontrará en forma de comprimidos, cápsulas, ampollas, etc. y la mayoría de las veces estos productos son naturales o ecológicos.