La hiperperpermeabilidad intestinal también se conoce como «síndrome del intestino irritable» o «leaky gut syndrome» en inglés.

La alteración de la función normal de la pared intestinal puede estar implicada en la génesis de numerosas enfermedades inflamatorias crónicas.

Provoca una inflamación crónica, a menudo moderada, en todo el organismo, que se cree que es la causa de muchas afecciones crónicas, como las enfermedades autoinmunitarias, la diabetes de tipo 1, la diabetes de tipo 2, el hígado graso, el síndrome de fatiga crónica, la fibromialgia, la algodistrofia (síndrome de dolor regional complejo), la artritis reumatoide, el lupus, las migrañas, la esclerosis múltiple y el autismo.

Síntomas

La hiperpermeabilidad intestinal no se percibe como tal.
Los primeros signos indirectos son la hinchazón o la diarrea.
Posteriormente, los síntomas se manifiestan en las diversas y múltiples patologías que se desarrollarán a lo largo de los años.
• Diarrea crónica, estreñimiento, gases o hinchazón
• Carencias nutricionales
• Sistema inmunitario deprimido
• Dolores de cabeza, falta de claridad mental, pérdida de memoria, problemas de concentración
• Cansancio excesivo
• Erupciones y problemas cutáneos como acné, eczema o rosácea
• Antojos de azúcar y carbohidratos
• Artralgia, fibromialgia
• Depresión, ansiedad, TDAH
• Enfermedades autoinmunitarias como la artritis reumatoide, el lupus, la celiaquía, la enfermedad de Crohn, la enfermedad de Hashimoto...

Fisiopatología

La función principal del intestino delgado es absorber el agua y los nutrientes de la dieta, e impedir al mismo tiempo la entrada de microbios patógenos, macromoléculas y toxinas en el organismo.
Esta función de filtrado selectivo la realiza una gran capa de células epiteliales (los enterocitos) unidas entre sí por uniones estrechas.
Los enterocitos realizan el transporte transcelular activo de nutrientes al organismo. Producen enzimas capaces de descomponer las grandes moléculas de la dieta en partículas más pequeñas (aminoácidos, azúcares simples y ácidos grasos) antes de que se absorban y pasen al torrente sanguíneo.
Las uniones estrechas son el escenario del transporte paracelular pasivo. El agua, los iones y ciertas moléculas pequeñas utilizan esta vía para regular los mecanismos bioquímicos del cuerpo humano.
En el estado fisiológico, las uniones estrechas solo permiten el paso de un pequeño número de moléculas pequeñas (60 ángstrom como máximo). Sin embargo, a veces las uniones se distienden y el espacio entre los enterocitos aumenta: la permeabilidad aumenta y las moléculas más grandes pueden atravesar la barrera intestinal.
En el estado patológico, este paso anormal de grandes partículas se denomina síndrome del intestino irritable.